05-08-2012 - (Gallego) Cuando hace no muchos años, el ministro “pepiño” presumía de que España podía mirar a Alemania, y al resto de Europa, por encima del hombro, cuando se hacía la foto de al lado presumiendo de “infraestructuras” megalómanas; cuando se
invertían 25 millones de Euros en cada kilómetro de un aristocrático AVE, cuando alcanzamos la “champioli” en kilómetros de autopistas y autovías, a 6 millones de euros el kilómetro, también se estaban construyendo en las aldeas unos artilugios que el cacique de turno “vendió a los desinformados paisanos como “depuradoras”. (Pinche en las imágenes para aumentar).
Tales engendros consisten en dos depósitos con gravilla, que filtra el material sólido procedente de la red de alcantarillado de las aldeas, y permite el libre paso de los líquidos.
Como es obvio dichos residuos no reciben ningún tipo de tratamiento con vistas a la eliminación de sus elementos tóxicos y, de esa guisa, son vertidos directamente en los regatos de esas aldeas.